El Ajedrez: juego y deporte

Para despedir la semana, y para despedir el curso, un juego - deporte excelente para los momentos de ocio y de cara al verano que ya nos llega: el ajedrez.



Los no aficionados al ajedrez quizás lo vean con esa fama de juego complicado y hasta aburrido. 
Para los que lo han jugado alguna vez esa definición es totalmente errónea, y 1.500 años de ajedrez probablemente les dan la razón.










Leontxo García (Irún, 1956) , ajedrecista y divulgador en su labor periodística comenta en su artículo "El ajedrez nutre la educación innovadora": 

 "Que en el ICOT (el congreso sobre pensamiento más importante del mundo) incluyó el ajedrez en su última edición (Bilbao 2015) y proyecta hacerlo en la próxima (Miami 2018). El Parlamento Europeo (2012, con 415 eurodiputados a favor) y el Español (2015, por unanimidad), apoyan el ajedrez educativo. Los resultados de las experiencias piloto, como la ya consolidada en Cataluña, confirman que esos tres organismos tienen razón. Y la mayoría de los estudios científicos llegan a conclusiones positivas. Pero no se requiere estudio científico alguno para asegurar categóricamente que el ajedrez desarrolla, por ejemplo, la atención, la concentración y el pensamiento lógico; y también que enseña a prever las consecuencias de nuestros actos; millones de jugadores y miles de educadores pueden dar testimonio de ello. Y quizá sea aún más importante recalcar que no es necesario quitar otra materia del currículo para introducir el ajedrez, porque éste puede emplearse de manera transversal (inteligencia emocional) en todas las asignaturas, o interdisciplinar para hacer más amenas las clases de Matemáticas (geometría, aritmética, cálculo mental, álgebra…), Lengua, Historia, Inglés o Educación Física, como se ha comprobado en múltiples experiencias con buenos resultados"


 El ajedrez, único deporte que se puede practicar por Internet, con 188 países afiliados a la Federación Internacional (FIDE), casa muy bien con algunas ideas fundamentales a la hora de renovar la educación en el siglo XXI. En menos de quince años, al menos la mitad de nuestros niños ejercerán profesiones que hoy no existen, utilizando tecnología y resolviendo problemas que aún no existen. Los maestros tendrán que enseñar lo que no saben. El temor a que el progreso de las computadoras acabe con el ser humano dependerá de que sea éste quien tome las últimas decisiones y sepa interpretar el diluvio de datos que le dará la máquina. Todo ello requiere una educación que enseñe a pensar de manera muy flexible, adaptándose con rapidez a una realidad muy cambiante; y una gran capacidad para tomar decisiones razonadas, profundas y rápidas. Los ajedrecistas tienen todos esos procesos automatizados, porque los realizan muchas veces en cada partida. Otra cosa es que algunos de ellos estén obsesionados con el ajedrez, que ocupa su vida por completo, y por tanto no puedan transferir lo desarrollado. 


"Los alumnos con quienes se utiliza el ajedrez como herramienta pedagógica logran mejores rendimientos académicos sobre todo en matemáticas y en comprensión lectora". En la dimensión socioafectiva, "el profesorado percibe al alumno como más satisfecho con la escuela y el profesor, con un mayor agrado por el estudio, una mayor satisfacción consigo mismo, una mayor confianza y seguridad y, finalmente, con una capacidad mayor de afrontamiento y de resolución de problema". "





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