Hoy hablamos de adivinanzas y trabalenguas

Hola, familias, hola chicos.

Seguimos aquí desde el club de los poetas confinados.

Hoy, hablaremos de trabalenguas y adivinanzas.





- Adivinanzas -






Las adivinanzas son dichos populares en los que, de una manera encubierta, se describe algo para que sea adivinado y es un pasatiempo. Son juegos de ingenio que tienen como objetivo entretener y divertir a pequeños y mayores, pero que, además, contribuyen al aprendizaje, la enseñanza de nuevo vocabulario y a la difusión de las tradiciones. 

La noción de adivinanza puede hacer referencia a una adivinación (predecir el futuro, descubrir lo oculto, acertar lo que quiere decir un enigma) o a un acertijo (un enigma que se propone como pasatiempo).


Lo habitual es que la adivinanza, como acertijo, se enuncie en forma de rima. 

Por ejemplo:
 “Redondo, redondo, barril sin fondo… ¿qué es?” (un anillo), “Siempre quietas, siempre quietas: de día, dormidas; de noche, despiertas” (las estrellas).

Las adivinanzas suelen estar dirigidas a los niños para que deduzcan los nombres de animales, frutas, objetos, etc. En este sentido, las adivinanzas cuentan con un componente educativo más allá del lúdico, que busca el desarrollo mental de los más pequeños. El niño, ante una adivinanza, debe estar atento al enunciado, analizarlo y razonar para hallar la respuesta. La formulación en rima, por su parte, ayuda al aspecto lúdico.

- Trabalenguas -



Un trabalenguas es una frase o un término cuya pronunciación es muy complicada (y, por lo tanto, “traba” la lengua de aquél que intenta expresarla). Suele utilizarse a modo de juego o como ejercicio para lograr una expresión o manera de hablar que resulte clara.

El trabalenguas, por lo tanto, debe ser un texto que, al ser pronunciado a viva voz, sea difícil de articular. Su dificultad radica en la presencia de rimas y aliteraciones a partir del uso de fonemas que resultan muy parecidos.

Todos los idiomas tienen sus propios trabalenguas, que suelen formar parte de la literatura del pueblo y de los relatos orales. En muchos casos, se transmiten generacionalmente ya que su principal público receptor son los niños.

Muchos trabalenguas presentan ligeras diferencias de un país a otro. 

Por ejemplo: “Pablito clavó un clavito. ¿Qué clavito clavó Pablito?” también puede encontrarse como “Pablito clavó un clavito en la calva de un calvito. En la calva de un calvito, un clavito clavó Pablito”.

Los trabalenguas suelen incluir palabras inexistentes que, de todas formas, pueden ser comprendidas en el marco del texto en cuestión.

 Un famoso trabalenguas habla de un cielo que se encuentra «enladrillado» y que necesita ser «desenladrillado».

El desafío a la hora de pronunciar un trabalenguas es hacerlo sin fallos, con dicción clara y de manera veloz. A mayor velocidad, mayor dificultad para expresar las palabras y rimas del trabalenguas.

Las adivinanzas, los acertijos, los refranes y los chistes suelen aparecer junto a los trabalenguas en la literatura oral infantil. Su presencia en libros, en cambio, es menos frecuente.






Así como los refranes, las adivinanzas forman parte de la cultura popular de cada región. Una característica de las adivinanzas es que suelen ser anónimas: se transmiten de generación en generación, adaptándose a los modismos y a los rasgos propios de cada época, pero siempre a través de la comunicación oral.

Al hacer referencia a elementos de uso cotidiano o muy presentes en la vida diaria (como utensilios, alimentos, partes de la anatomía, animales domésticos o componentes de la naturaleza), las adivinanzas ayudan a la sociabilización del niño y a la transmisión de valores culturales. Existen adivinanzas más complejas para los adultos que, incluso, pueden requerir la realización de diversos cálculos matemáticos.

Esperamos como siempre vuestro Trabalenguas y Adivinanzas, Poetas Confinados.

¡¡¡Abrazos, os echamos de menos!!!


Comentarios