Ayer al salir al patio había regalos.
Los niños descubrieron charcos.
Descubrieron hojas caídas, ramas, hierbas, gotas de agua, barro...
Observaban, tocaban, experimentaban, se hicieron preguntas.
A estas edades van descubriendo cada día cosas nuevas.
Van construyendo un nuevo universo personal. Un sueño permanente.
La infancia es esa etapa de tener la cabeza llena de caracoles, de pájaros de brujas y hadas, de preguntas y de estrellas.
Tocar, oler, mancharse, sorprenderse, todo forma parte
del acto único de construirse como ser humano.
Construirse no parando de hacer cosas mediante el jugar con otros.
Jugar es el vehículo al que montarse para no parar de usar la inteligencia.
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