Día de las Librerías, 11 de noviembre. El amigo librero

"Un librero es alguien que trabaja 12 horas al día, lee por la noche y nunca se enriquece” 

 Baptiste-Marrey 

El Día de las Librerías es un acontecimiento que se celebra para reafirmar la relación del lector con el librero, celebrar un día festivo-comercial y de puertas abiertas, para dar a conocer las librerías españolas, su aportación a la vida social y cultural, y fomentar la lectura y la difusión del libro.

Las librerías, igual que las bibliotecas publicas, o que los teatros son espacios culturales que nos permiten acceder al libro, al cd, a la voz que narra nuestra Historia. Dentro de esos lugares mágicos, sentimos que es un lugar de encuentro, de convivencia en torno a la letra impresa, con presentaciones de libros, cuentacuentos, debates y clubes de lectura. 

Las librerías son espacios cálidos que establecen la complicidad entre libreros y clientes. Y también lugares  donde el que llega sabe que accede a una oferta delimitada y bien presentada por profesionales que conocen y aman su oficio.

Estanterías llenas de ilustraciones y palabras.

Sillones para sentarnos cómodamente.

Ambiente literario, con retratos de escritoras y escritores, poetas e ilustradores.

Silencio o buena música para arropar la buena literatura.

La librería del barrio o del pueblo, soñada durante años, abierta con enormes sacrificios,

donde trabajan personas que viven para la literatura.

Con poco tiempo para leer, dedicando sus horas en surtir de objetos de lectura a sus amigos clientes; su oficio el de LIBRERO.

Los libreros son intermediarios del conocimiento al servicio de quien lo solicita. Su principal misión es atender lo mejor posible a la demanda de información bibliográfica que nos solicita el lector. No se trata de “recomendar” lo que a nosotros nos gusta, sino lo que el lector necesita, utilizando tanto el conocimiento y bagaje personal como los instrumentos que en cada momento estén a nuestro alcance. Gastemos dinero en cultura.

Ahora más que nunca y como siempre necesitamos este tipo de libreros: los que quieren vender pero no a cualquier precio. Los que saben cuánto cuesta un libro. Y también su valor.