17 de mayo. Día Internacional del Reciclaje 2016

El 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje, un buen momento para señalar que la participación de los asturianos en la separación de los residuos sigue aumentando de manera progresiva en Asturias. Así lo indican los kilogramos de papel y cartón, latas, briks, envases de plástico, botes y botellas de vidrio…, recogidos en el primer cuatrimestre de este año en los contenedores de colores si los comparamos con el mismo periodo del año anterior: se aprecia un incremento de 200.000 kilogramos. Y eso sin considerar los restos de muebles, escombros, chatarras, electrodomésticos, aceites usados, pilas y baterías y otros residuos especiales del hogar que los ciudadanos llevan hasta los puntos limpios para, también, favorecer su recuperación.

Según COGERSA, tras el estancamiento de los años de crisis (menor consumo de productos en las familias, menor actividad en el comercio y la restauración), la recogida separada volvió a acelerarse en 2015 con una mejora anual del 5%. Cada asturiano aportó 45,97 kilos a los contenedores de reciclaje, que son 2,21 kilogramos más que el año anterior. La separación de las fracciones tradicionales ha aumentado casi un 18% en la última década. Y a ello habría que añadir las 35.625 toneladas recibidas en la red de puntos limpios y áreas de voluminosos, la mayor parte de las cuales (chatarras, maderas, áridos, aceites, etc.) se someten a procesos de valorización material.

Junto a la necesidad de continuar avanzando en los contenedores azules, amarillos y verdes, está el gran reto del reciclaje para los próximos años: la implantación de la recogida separada de los residuos orgánicos de la huerta y la cocina, el llamado `quinto contenedor`.

Los asturianos y asturianas tendremos que familiarizarnos con un nuevo cubo de reciclaje en nuestras cocinas, el de color marrón, al cual deberemos aportar esencialmente los restos de alimentos cocinados y no cocinados, cuyo destino será la planta de biometanización de Cogersa. Esta instalación, inaugurada en 2013, tiene capacidad para procesar 30.000 toneladas al año de biorresiduos y supuso una inversión de 16 millones de euros. En ella la materia orgánica se convierte en compost y en energía eléctrica producida con el biogás del proceso de putrefacción controlada a escala industrial y sin oxígeno (anaerobia).

Para ayudar a los ayuntamientos en la implantación de este nuevo servicio de recogida de residuos, el Consorcio de Residuos convoca desde hace varios años una línea de ayudas económicas con la que puede llegar a cubrir hasta la mitad del coste de adquisición de contenedores, recogida, transporte hasta las instalaciones de Serín e incluso comunicación o publicidad… Hasta el momento son cinco los municipios que ya recogen los biorresiduos por separado: Avilés, Castropol, Castrillón, Gijón y Mieres.

(*)El dato para el año no acabado se obtiene dividiendo los kilogramos recogidos entre enero y junio entre la población censada (1.061.756 habitantes) y prorrateándolo a los 12 meses.